Comiendo un sábado en Tijuana

Hoy sábado estaba en Tijuana en la mañana y me llevaron a comer a un lugar del que tenía ya rato que me habían hablado. Llegué con expectativas bajas porque luego pasa que llega uno bien emocionado a probar algo y por la emoción a la mera hora no saben tan buenos.

Pues me hicieron el favor de pedir por mi y me sirven lo siguiente:

Aquí ya tiene lo que le agregué yo, que es el repollo, la salsa pico de gallo, la salsa picante y limón. Viene con copia porque si fuera nada más una tortilla se deshace. Trae un chingo de camarones y vienen en un como caldito en el que los preparan. También trae queso derretido. Esto es un taco de camarón enchilado.

Siempre he sido fan de los tacos de pescado, pero estos tacos están de No Mames. Muy, muy buenos. Ahora sí que a pesar de que iba yo esperando que no supieran tan buenos como me habían dicho, me supieron todavía mejor. El sazón del caldito en el que los preparan no tiene madre. Picaban muy sabroso sin llegar a ser algo excesivo. Los recomiendo ampliamente. Y están tan bien servidos que con 2 quedé lleno, y eso que soy de buen comer.

Otra cosa que me llamó la atención fue el sistema de administración de refrescos. Hay varias monitas que van caminando entre la gente (el lugar está hasta la madre por razones obvias) y van gritando "¿¿Quién quiere soda??" (soda le dicen acá en estas tierras al refresco pue). También dicen "¡Levante la mano quien quiera una soda!" o "¿Soda? ¿Quién dijo yo?". Sí a lo mejor andaba yo de simple pero me dio mucha risa.

Se me antojaron los pinches tacos ahora que tenía hambre en la noche. Desgraciadamente sólo hay de día y ya estaba yo en San Diego además. Voy a tener que regresar a comer más un día de estos. Y como no habían tacos pues tuve que cenar In N Out. Así que el día, gastronómicamente hablando, fue un éxito.